miércoles, 28 de octubre de 2009

Qué es esto ...

Dejemos que los días
nos traigan el sosiego
que ahora no encontramos.
Que reposen nuestras almas,
que gozen,
aunque sea a escondidas
del amor encontrado,
que ha vuelto locas nuestras vidas.

Dejemos que
nuestras páginas,
como hojas de otoño,
descansen en el suelo.
Que ansíen
ser llenadas
cuando bailen con el viento,
cuando bailemos de nuevo.

Dejemos que la estación que entra
nos traiga brisa fresca,
que limpie la pena.

Hagamos del tiempo
un camino.
Cada hora es un paso,
cada día …
Cada día será un suplicio,
déjame que te diga ...
será una tortura.

Pongamos alarmas
a la vida,
para no dormirnos.

En el crudo invierno,
hemos buscado un lugar seguro.
Cada uno,
ha lanzado al fondo del mar
una ancla muy pesada,
con gruesas cadenas.

Miremos,
como árboles maduros
nuestras raices,
hundidas,
en el suelo conquistado
hasta el momento.
Que aunque secadas,
no alimentadas por el suelo,
están inmóviles,
fijas.
Y creemos sentirnos aliviados,
pensando que la tormenta que vivimos
no nos arrancará del suelo.

Mira,
como metáfora,
como con cemento
tratamos de fijar nuestros pies al suelo,
para que la tempestad del corazón
no nos mueva.
Inmóviles,
sin sacar los pies,
para que todo siga igual a nuestro alrededor.
Para evitar más grietas.

Hemos vendado nuestros ojos,
pensando que así
no veríamos
la luz que los hacía arder
en la presencia del otro.

Hemos cortado nuestras manos.
Y con ellas la duda
de soñar con rozarnos.

Hemos querido enmudecer,
callarnos.
Buscando la paz en el silencio,
cuando quién grita es nuestra alma,
cuando el llanto viene de dentro.

Hemos buscado
nuestros rincones de siempre
como refugio.
De este huracán que nos sacude,
nos hemos puesto a salvo
de todo,
menos de nosotros mismos.

Qué es esto,
que quema tanto.
No solo nuestros espíritus,
sino también nuestros cuerpos.
Qué como vendaval,
nos ha hecho volar
perdiendo el norte.
Contra nuestros principios,
Contra nuestro tiempo,
Impredeciblemente,
contra todo lo que tenemos.

Qué es esto,
que nos une en el gozo
y en la pena.
Qué nos da la vida
y nos la quita por momentos.

viernes, 14 de agosto de 2009

Adictos

Adictos,
Como peces al agua,
porque no pueden vivir
de otro modo.
Y sin respirar se ahogan.

Adictos
como los árboles a la tierra,
porque de ella se nutren
y a ella se aferran.

Adictos
como los pájaros al aire
porque si no,
para que sus alas,
para que su vuelo.

Adictos
a nosotros.
Irremediablemente adictos.

Solo tú
me das el oxígeno
que necesito.
Tú , mi adicción,
me das la vida.
El sentido.
El alimento.

Qué cordura
necesitaríamos
para dejar esto.
Cómo caminar
si no es de la mano.
Cómo dejar de tenernos,
cómo dejar de amarnos.

Qué locura
ha sido esto.
Somos adictos.
Infinitamente adictos.
De por vida,
sin cura.
Adictos sin remedio.

Me diste todo

Me diste el mar como regalo,
y como el mar, es inmenso.
Me diste el horizonte,
desde donde sale el sol
hasta donde duerme.

Me diste la luna,
llena, para mí.

Me diste todo.

Cuanta belleza
en este paisaje
que me ofreciste
que me hablará de ti,
siempre,
aunque tú no estés.

El mar
profundo como tú amor.
Las olas que me acarician.
La brisa de la tarde,
que me rodea
y me mece
como yo me sentía en tus brazos,
como tu lo hacías.

El horizonte,
infinito
como nuestra historia,
sin fin,
Eterna.

El sol en la mañana
que cuando asoma ya calienta.
Me da la luz
como cuando tú estás cerca.
Me da el calor,
cómo tú.
Y le veo cada día,
como si a ti te viera.

De noche
la luna,
la que tú me diste
me espera.
Me mira,
cómo tú.
Y me escucha,
porque necesito hablarle,
porque no puedo dormir,
porque desde que te conocí
estoy despierta.


Cuanta belleza
en este paisaje
que me ofreciste,
que me hablará de ti,
siempre,
aunque tú no estés

La vida en mil pedazos

Si con la mano
en mil pedazos,
como un vaso,
mi vida pudiera estallar contra el suelo.
Ahora lo haría.

Con la rabia
que he guardado
de sumar el tiempo,
por las cosas que no se ubicaron
como debieron.
La haría trizas,
rompiendo mi historia,
la destrozaría,
la rompería.

Contemplaría entonces
despacio,
cada trozo,
cada momento.
Y respiraría despacio,
sin prisa.
Observaría que fue
o que no fue,
que sucedió
o que pensaba,
que me llevó.

Si pudiera saber que hubiera pasado,
si pudiera dar la vuelta a ese momento,
Tener la otra cara de aquello que ahora veo.

Si volviera atrás,
sería el mismo camino.
Si nazco hoy, llegaría al mismo sitio.

Si aquel día tome otra vida
que no era la mía,
dónde ahora estoy,
habría llegado.

Si tuviera otra vida
¿Qué haría?
Si pudiera recomponer
algunos pedazos.

Me contengo
y trago mi rabia.

Si puedo hoy,
qué cambiaría.
Si puedo hoy,
por donde empezaría.

Sí – hoy puedo,
voy, sin miedo,
a vivir.

Miraré adelante.
Es ahora cuando vivo.
Ahora es, cuando pienso,
cuando decido,
cuando me aferro,
a vivir la vida,
a tomar un nuevo camino.
Mi camino.
Y asumiré, como sea, que es el mío.

Aquella tarde me perdí en tus ojos

Fue en Agosto,
Aquella tarde me perdí en tus ojos.

Rendidos,
ante nosotros,
nos tragó la vida
sin piedad.

Nos engulló el deseo.
Nos amamos.
Nos hicimos, de nosotros,
nuestros propios esclavos.

Robamos al tiempo cada día,
en una tierra que no nos pertenecía.
Su polvo,
traspasó nuestros poros,
como veneno.

Pensamos
que morir de amor,
podía ser cierto.

Como ciegos,
nos exploramos,
descubriendo nuestros misterios.
Destapamos
los caminos
andados.

Como desesperados,
agotamos cada instante
de cada encuentro.
Hasta exhaustos entregarnos
los últimos besos.

Abrimos las almas,
desnudas.
Y sin pudor,
conocimos el placer
de mezclar dos vidas.

Como enredaderas
descontroladas,
nos devoramos
el uno al otro.

Como nudos
imposibles,
nos atamos.

Nos encontramos
en aquella tarde,
era Agosto,
nos miramos
y me perdí en tus ojos.

viernes, 10 de julio de 2009

Un delirio para el recuerdo

Cuando descubrí que tú piel pedía mi piel,
que tus ojos buscaban la belleza de mi cuerpo,
y tus manos mis texturas,
era tarde ...
No supe entender,
me perdí ...

Mientras mis oídos absorvían, como seda,
tus anhelos.
Me envolvió todo ...

No sabía como sobrevivir en la superficie
de tus sentidos,
de mis sentidos,
donde ellos dominan
tan lejos de los sentimientos.

Pensé
que la magia de nuestro baile desnudos,
cuando atraídos,
se desbordaba nuestro deseo ...
nos llevaría a otro mundo.
Pensé que arderíamos ...
Que nos fundiríamos,
como el hierro se funde en el fuego.

Lo siento tanto,
no lo entiendo.

Como esponja me bebí
hasta la última gota de tí,
de esta historia,
y traspasé los límites
donde se acababa lo nuestro.

Qué delirio el mío
- que intenso sueño.

Cómo se agarraron a mi alma,
tan fuerte,
estos sentimientos.
Se enclaustraron,
se incrustaron tan adentro.

Y para tí no hay nada
- me resisto a creerlo.
Y para mí, sólo queda de tí un desierto.
Kilómetros de arena
en el horizonte, solo eso.

Que delirio el mío
- sólo para el recuerdo.

martes, 16 de junio de 2009

No te daré mi alma

Tendrás mis manos
cuando las quieras,
tendrás mis labios,
si los deseas.

Tendrás mi piel,
cada pliegue
cada hueso,
todo,
y tendrás también
mi sabor
mi aroma
mi sudor
por estar tan cerca.

Pero no te daré mi alma,
no podrás ni rozarla,
no llegarás ni a su puerta.

No me la pidas,
porque no la mereces.
No intentes ni acercarte a ella.
Estás perdido,
porque no te cuenta
lo que soy,
lo que siento.
No lo sabes,
no lo intuyes
y al contrario que con la piel,
no lo hueles y vas a ciegas.

¿Cuánto vale un alma
para entregarla
sin medida?
Completa.
Podrías herirla.
¿Lo entiendes verdad?

Si la hubieras buscado
con la locura con que yo te buscaba
te la hubiera entregado.
Te hubiera dejado mi alma
en tus manos.
Sin miedo,
para que la hubieras amado,
poseído,
como yo quería,
como habría esperado.

miércoles, 3 de junio de 2009

Te guardaré

Aún perdura tu olor en mis manos,
en mi pelo,
en mis labios.

Tus pensamientos,
por fin expresados.
Amo la forma en que los cuentas,
como sientes,
como de las pequeñas cosas te llenas.

Como me besas,
tú olor,
tú respiración.
Como me miras ...

Al escucharte,
atenta,
mis ojos se abren,
y también mi espíritu se despierta.
Me llevas a tantos mundos,
tantos otros ángulos
que en el camino,
si no es por tí,
hubiera dejado.

Tenías razón,
con el tiempo olvidé todas mis pasiones.
En lo más profundo de mí yacen o mueren.
Ahora, no puedo escucharlas,
porque no las dejé vivir durante los últimos años.
Me entristece no poder hablarte de ellas,
con la misma fuerza
con la que un día en mí nacieron.
Pero desde hoy - te digo -
que es mi deseo vivirlas todas.
Dejar al fuego que corra.

No quiero perder más vida,
no quiero apagar mis pasiones,
recuperaré las pérdidas
y las nuevas, que gozen de cada uno
de mis nuevos días.

Lo mejor fue
que un día te cruzaste en mi camino.
Quédate allí el resto de mi vida
- sólo eso te pido.
Donde pueda volver y encontrarte,
donde pueda sentirte y vivirte,
cuando aquí no estés.

Te guardaré en un lugar muy dulce,
muy adentro,
en mi corazón,
en mi mente,
y también te guardará mi cuerpo.

Madre

Madre,
toda tú,
mi madre.

Como naturaleza en esplendor de fertilidad,
así nos engendraste.
De un amor insoportable por su grandeza,
un día fuimos seres que a tus brazos se asían.

Nos has cuidado,
como árbol fuerte, robusto,
que parece perenne.

Diste tus flores
y has mimado cada uno
de tus frutos.
Con tu calor,
como el calor del sol,
así crecimos.

Tú entrega,
como la madre tierra,
que se nos da cada día.
Tu sombra,
tranquila,
siempre detrás.

Cuánto amor
sin nada a cambio.

Como suelo firme,
cada día,
hemos tenido tu don de ser roca,
donde pisar en la noche,
donde agarrarnos
cuando estamos perdidos.

Tú valor,
aferrado a lo importante,
sin vanalidades,
puro,
auténtico,
y en el tiempo perdurable.
Demostrándonos con ello,
que merece la pena
nuestro esfuerzo.

No hay mil vidas
para imitarte,
para ser como tú,
madre.
No hay palabras
que describan como lo haces,
de dónde tanto amor,
de dónde tanto amor te nace.

lunes, 1 de junio de 2009

A veces me inspiras

A veces me inspiras,
tú me inspiras.

Como la suave brisa
que en la tarde mueve mi pelo,
y me empuja a coger un lápiz
y escribirte esto.

Como el ruido de la hierba
que baila con las flores
y recostada en ella
cosquillea mis dedos.

Como el agua de lluvia
que gotea en la ventana,
mientras apoyo mi frente
en el frio cristal
y respiro.

Luego,
busco tus ojos para tenerlo todo.
Y me devuelven la
inspiración de mi vida.

A veces me inspiras.

Cuando hablas,
tu voz me inunda.

Miro como te mueves,
tus manos,
tus gestos,
tu cuerpo ...
Todo de tí me inspira.

En este momento,
creo que podría vivir sin nada,
pero no sin tus caricias.
No sin esa mirada que tanto me provoca.

No, porque perdería lo que llena mis sentidos,
y toda la inspiración se esfumaría.

Quiero que me inspires cada día.

sábado, 30 de mayo de 2009

Rota en el camino

Si rota me encuentras
un día,
hecha trozos y
de mi andar malherida.

Te ruego que no me despiertes,
y dejes que beba de mi agonía.
Que me mortifiquen los recuerdos,
que me absuelva el propio dolor,
... que me ahogue con mi respiración.

Y no preguntes,
no busques,
sólo deja que fluya.

Aliviame con tu mirada.
Con tus manos
cura mis llagas.
En tu pecho recógeme
y permite que lo deje húmedo
con las lágrimas.

No me pidas que vuelva ya.
Espera ...

Deja que mis pensamientos
resbalen por las paredes de mi cuerpo,
hasta que su roce no lo sienta,
porque mientras resbalan me desgarro entera,
como si a tiras mi piel se despegara.

Abrázame,
con la fuerza que tengas
para soportar esta desesperanza.
No me sueltes, si puedes ...
Y átame con tus brazos,
fuerte,
que no me caiga.


Déjame marchitar,
hasta que otra vez la primavera vuelva
y me convierta de nuevo
en un ser para amar.

martes, 19 de mayo de 2009

Pide a tu espíritu que vuelva

Cuántas veces desde la montaña
miraste al vacío.
Dejaste la vista perderse
en el infinito.
Cuántas, de esas veces,
se tambalearon tus piernas
al tocar el límite del camino.

Cuántas sombras
pasaron como nubes
sobre tú cabeza.

Era un día, donde
a cada paso,
se extiendían los precipicios.
Un día, donde ni pisando fuerte,
dejabas huella.
- Cómo vela rota en la tormenta.

Cuándo das la vuelta y no ves nada.

Qué hiciste,
cómo tiraste los días y las noches
que ya han pasado.
Que desbordó tú espíritu,
que salió veloz por tu boca
dejándo seca tu alma.

No malgastes ni uno solo
de los días que vienen,
no te lanzes,
no hagas nada de lo que ahora piensas.

Mira en tu fondo,
muy adentro
y pide humildemente a tú espíritu que vuelva.
Comienza
y cierra el cajón de lo que fue de tí,
porque hay más mares,
porque hay más vidas,
que te esperan,
porque hay otros mundos,
que te merecen,
porque simplemente
esta es tú vida y la tienes que vivir.

A Alejandra

Tus manitas
en mi cara.
Tú nariz
en mi nariz.
Y tú mirada.
Un torbellino de
abrazos, de besos ...
... y qué más pedir
a este momento.
Tú ahora no lo sabes,
pero yo sí pido
que (este momento)
sea eterno,
eternamente tierno.
Porque sí sé,
que como tantos otros,
se lo lleva el viento.

A Carlota

Morenita mía,
rosadita,
tú sonrisa enciende mi vida.
Tus ojitos,
desde el primer encuentro,
me miran y miran.

Tú mano en mi cara.
Cómo pudiera soñar
la magia del roce
de tus pequeños deditos,
descubriendo mi rostro.
Contacto profundo,
admirada en cada gesto.

Tú cabeza en mi hombro.
Abruma el calor
que me das,
y que transporta velozmente
infinitos sentimientos.

Pierdo en tí mi mirada,
en la traquilidad de la tarde,
y la inquietud se transforma
en sosiego.

Tús ojos se cierran,
y en mi regazo reposas tú cabeza.
Te contemplo,
mientras dormida te quedas.

sábado, 9 de mayo de 2009

Música turca

Sentada en tu escalera de piedra,
mientras los chopos
al frente
se airean.

Suena el canto de la mezquita
en la ladera,
y se acompaña con la música de los árboles,
que en la tarde no cesa.

A lo lejos, otra torre,
alta, blanca, cuál espejo
su cúpula, por el sol refleja mil rayos,
y coge el eco y lleva el rezo hasta
perderlo en las montañas.

Y al fondo el mar,
que reposa los cantos
de esta hermosa tierra.

- Alma, deja que duerma

Esta noche,
cuando hasta el silencio me trae más silencio,
escucho mi alma y tiemblo.

A voces, desde mi ser más profundo,
donde confluyen mis vidas
y de donde parten mis sueños.

Cuando los días se agrietan
y se seca a mis pies la vida,
es cuando mi alma busca
salir de esta piel que me cobija.

Me provocan sus lamentos
y me asustan sus verdades,
porque me cuenta
la vida, la mía,
de la que se alimenta mientras respiro.

Hoy, siento como consume mi noche,
gritando,
sin permitirme el sueño,
como capitán enfadado,
para cambiar mi rumbo.

Me habla de tí,
de que estas cerca,
que no duerma,
que esté alerta.

Siento que el amor ansiado
ronda mi mundo,
que sabré que es él al verle,
que no tema,
si la luz en ese instante
es tenue.

Porque me hará vibrar,
despertar, encontrarle.
Y se acallará mi alma.
Que descanse en paz,
que me deje vivir,
dormir,
que no me haga temblar más.

Solo me roza el aire

Miro a esas gaviotas que
ahora sobre mi vuelan,
sentada, mientras el sol calienta mi espalda.

Miro al mar y mis ojos se encandilan
con la senda de luz que al sol lleva.
Y sobre mi, las gaviotas.

Mi cuerpo no pesa,
absorta en lo que pienso.
Y como ellas, extiendo mis brazos
y alzo el vuelo.

Y planeo sobre el mar,
en la tarde.
Con las alas bien abiertas,
dejando a los vientos golpear mi cuerpo.

Así quiero vivir,
como gaviota que vuela,
que en silencio se deja llevar por las corrientes.
Que si mueve sus alas con energía,
sigue subiendo,
hasta apenas divisar el suelo.

Bendito vuelo
que me evade,
que me lleva tan alto
que solo me roza el aire.

Desnuda de todo,
sin más afanes,
que sentirme pájaro
con alas grandes.

martes, 24 de marzo de 2009

Te siento despierta

Despierta...
y tú ahí en cada instante.
Abro los ojos queriendo volver,
y persistes latiendo
en cada sueño.

Y siento tú aliento,
como respiras,
por la intensidad con la que
alrededor de mí te mueves.
Y hasta siento calor y frío,
y desasosiego.

Despierta ...
mejor así pasar los días
y tú ahí en cada instante.

No me atreveré a romper
este hechizo,
de verte sin tenerte,
de sentirte sin verte,
de tocarte sin estar,
y de ser ...
porque no es real.

Mis raices

No soy tierra firme.
Son frágiles mis raices
y frágiles son
los lazos que a la tierra me atan.

Puedo moverme
y ascender
y correr,
pero no he sacado
mis raices de esta tierra
y los lazos siguen tensos.
Y puedes ver toda mi figura,
y estoy cual estatua, inmóvil.
Y sin embargo,
me muevo, asciendo,
corro y hasta vuelo.

Pero siempre vuelvo,
puedo decir,
pero siempre vuelvo ...
A esa figura, anclada
en la tierra,
firme cual pilar al suelo.

Otros mares

Quisiera apagar este ansía
de vivir otros mares.

Quisiera pensar
que existe recompensa
por quedarme.

Me enseñaron un camino
sin nombrarme los miles
que a mis pies nacen.

Parar a cada momento.
y pensar ...
parar...
y siempre pensar ...
y apagar así esa ansiedad.

Al calor de la arena

Acostados sobre la arena
baja el sol por mis pies,
mientras tu mano
sube hacía mi cuello,
pintando de arena mi cuerpo.

Ciega, del sol y el calor,
y tú silueta negra a mi lado.
Dejamos la brisa pasar
entre nuestros cuerpos,
camino hacía el mar.

Y no nos movemos,
mientras se pierde el sol
por nuestros dedos.

La arena corre por tu piel,
tostada,
ya seca del agua salada.
Y al caer la tarde,
me duermo en tu pecho
y llevo tu mano a mi pelo.

Con las primeras estrellas,
corre más brisa
entre nuestros cuerpos,
que se enfrían,
sobre la arena,
que todavía caliente,
nos quema.

Rumbo a la luna llena

Me duele tanto el alma,
me oprime,
me aplasta como una piedra,
que no deja aire ni tregua.

¿Por qué pesa tanto este deseo?
Quisiera amarte y no puedo.

Si quitara esa piedra
que sobre mi pesa,
mil más aún me quedan.
Si tomo aire, se agota,
como si para mí
ya no hubiera más en la tierra.

¿Porqué no hay más vidas?
¿Porqué sólo esta?

Porqué no me miras,
y eres tú quien levantas la piedra,
y ponemos rumbo
a la luna llena.
Y bajo su sombra,
en la noche,
unimos las almas
como si nunca amaneciera.

Te añoro

Simplemente te miraré.
Te miraré y reposaré mi cabeza
en mi mano,
mientras te miro.

Así siento que recuperaré
los días en que no te tuve cerca.

Así siento que alivio mis pensamientos
ahora,
mientras espero a mirarte
y te añoro soportando
que pase la tarde.

Habría una vida

Solo si pudiera susurrarte al oído
y rozarte con mis labios mientras lo hago,
y decirte despacio lo que siento,
mientras fluye en tu adentro mi aliento.

Y en ese instante, tanto cambiaría.
Y al encontrar tu mirada en la mía,
tus ojos me expresarían,
sin poder ya ocultarlo,
lo que empiezan a sentir.

Sería el momento perfecto,
donde sobre la mesa,
mirándonos directamente
me dirías, también susurrando,
lo que yo pienso.

Y aceptaríamos que existe,
como existe el día,
que entre tú y yo,
habría una vida.

Y empezaríamos a vivirla,
a seguir susurrando,
a dejar de soñar,
a vivir el amor,
que escondido guardábamos.

Quiero bailar contigo

Quiero bailar contigo
toda la noche,
descalza y rozando
la arena,
porque sería junto mar,
al borde del mar.

Quiero bailar contigo
cada noche,
descalza y que las olas
golpeen nuestros tobillos,
porque sería junto al mar,
al borde del mar.

Quiero bailar contigo
hasta el amanecer,
descalza,
y bailar
y bailar.

Viva

Deja al viento que
corte mi cara,
que líe mi pelo,
que me arrastre,
y sentirlo fuerte
y volar
y vivir,
estar viva,
despierta.

Deja a la lluvia que
moje mi pelo, mi cara
y mi cuerpo.

Déjame beberla
y sentirla fuerte,
que intensamente me resbale,
y extender los brazos
y volar de nuevo
y vivir,
estar viva,
despierta.