sábado, 3 de julio de 2010

Vida Mía

Deseas que mis ojos te
absorvan,
que mis brazos te amansen
para reposar en mi pecho,
mi niña inquieta.

Sin decirme nada,
rindes en mi tu anhelo
de tenerme
por tantos momentos ausente.

Tus dedos rozan mi piel,
recorren mis brazos
mientras escuchamos nuestro silencio
perdidas en el tiempo.

Que buscamos
cuando esto es todo
en este momento.

De mi carne, de mi sangre,
me devuelves la vida que te dí
con intensa devoción.

Te quedas inmóvil en mí,
y presiento tu rezo escondido,
que pidiera estar siempre así.

Te beso
y te beso.
Y no te mueves esperando más.
Puedo sentir tu gozo tan despierto.

Otra pregunta
con esa mirada curiosa.
Todavia te convencen
mis respuestas,
creyendo que a través
de mí sabras más
y me haces reir por dentro.

Quisiera beber de tu inocencia,
porque estoy sedienta
a pesar de la experiencia.

Y me pides que invente otra historia,
queriendo alargar el día,
como si nada fuera imposible
en este mundo nuestro.

Que buscamos
cuando este momento es todo
Vida Mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario